INAUGURACION 29 AGOSTO 2008

Inauguración sala Plastica2. 29 de Agosto 2008

Hacia el Primer Paso, de un Gran Regreso

Hemos solido vernos las caras todos los días, e inclusive, hasta hemos buscado las respuestas en los pasillos, sin poder concebir las autenticas realidades de nuestros compañeros, o nuestros profesores. Nosotros lo sabemos: la institucionalidad en la que estamos inmersos nos ha mantenido, sin darnos cuenta, relacionados en un mundo de mínimas señales, mínimos saludos, etc. Hemos identificado el problema, y lo peor es que desde hace tiempo.

Por otro lado, nuestro arte habría empezado mucho antes del llamado “boom” de la “historia del arte”, y mucho antes de que lo identificáramos con el supuesto concepto “original”. Nuestros padres, nos dieron o nos privaron de su corazón, y de estos momentos, tenemos los recuerdos más raros de los que debamos tener memoria.

Algo gatilló en que estos caminos se fueran excluyendo lentamente, llegando a lo que hoy en día tenemos, extrañándonos con esta inédita configuración de sucesos significativos, todo bajo el alero de nuestro Instituto.

Hoy, nos encontramos con otro evento, que aparentemente, intentaría hacer llenar las podridas agendas de actividades que hemos aprendido a llenar, sacando los provechos correspondientes, fotografías correspondientes, y probando los vinos que se encuentran en la ocasión. Pero este evento, a diferencia de los pensados anteriormente, no intenta sepultar ninguna consumación de ideas pasajeras, sino que estaría buscando ABRIR los espacios, abrir sinceridades, dar la confianza a los que ya han estado demasiado lejos en este último tiempo.

La siguiente exposición, consta de realidades que han sabido alejarse oportunamente del Instituto, y hoy, dentro del paradojal contexto en el que nos encontramos escuchando, vienen a demostrarnos su regreso, su creencia, su dinámica realidad.

Este llamado regreso, estaría recién comenzando, y mientras seamos provistos de sus momentáneas visitas, esperamos serles a todos ustedes de una gran ayuda, para que sigan en su camino, y motiven a otros a irse también, dejando constancia de ese posible primer paso que dieron, tanto de las infancias, como de los tipos de madurez. Hay que saber despedirse del Instituto, cuando sin querer, lo que más nos ha dado en estos años es sobreprotegernos, retenernos, estancarnos, y olvidarnos, todo con una indiferente aprehensión, que lo sabemos, nunca ha sido con mala intención.